
En Carrocerías Fermar realizamos el pulido de faros del vehículo
Os explicamos de que se trata el pulido de faros y porque es conveniente hacerlo.
Faros con “cristal” plástico
Desde hace varios años, por cuestiones sobre todo de diseño, se han ido extendiendo los faros con “cristal de dispersión” que ya no lo es, y se queda meramente como una cubierta transparente el interior del faro. Se utiliza generalmente un plástico transparente, lo más normal policarbonato. Se reconocen fácilmente porque se puede ver perfectamente cómo es el faro por dentro.
El policarbonato es resistente a la intemperie y soporta la radiación ultravioleta, pero no deja de ser un termoplástico, y como tal, puede sufrir en especial cuando está expuesto a la radiación solar directa, y cuando se expone a altas temperaturas. Así que aunque es duradero, al final, después de muchas horas de sol, el plástico de los faros se deteriora. Aunque en menor medida, la erosión debida a otros factores como la arena arrastrada por el viento también puede causarles daños.
¿Y qué sucede entonces? Pues que el plástico envejece, se vuelve menos transparante y amarillento, y los faros pasan a ser menos eficaces, el haz de luz no se propaga igual de bien, y nosotros notaremos menos luz de noche, y también nos verán menos. Y esto al final es un problema, no solo estético, sino de seguridad vial, porque es vital, ver y ser vistos bien.
Restaurar los “cristales” significa tener más luz
Hay varias soluciones a este problema: la primera que podríamos pensar sería sustituir todo el faro, pero esto no siempre es necesario, porque algunos coches, previendo el problema que puede presentarse de tener que cambiar todo la pieza completa, lo cual puede suponer un elevado coste de dinero.
Pero hay otra opción aún más económica: el pulido de los faros. Resulta que el “cristal” de policarbonato se puede restaurar puliendo su superficie con una pasta especial para pulimentar (un tanto abrasiva), y el efecto de pasar unas serie de lijas de diferente granulometría, a mano, o mejor haciéndolas girar con una máquina eléctrica, para retirar la capa superficial dañada y terminar dando brillo al plástico del faro y dejarlo casi casi como nuevo.
El resultado es que además de volver a tener los faros con buen aspecto, tendremos más luz, veremos más de noche, y conduciremos más seguros. Y por supuesto, no debemos olvidar el resto del mantenimiento de los faros y luces: revisar que todas las bombillas luzcan, y llevar bien regulada la altura de los faros delanteros.
Si tenéis alguna duda sobre este tema no dudeis en poneros en contacto con nosotros.